La noche me propuso complicidad
con cada queja un vino blanco
Cuando el viento arrastra
las hojas secas de un bolero
Sin etiqueta el desacato
con cada insinuación de bienvenida
Cuando el sin fin de pecados
canto hasta que entro la madrugada
Ni un acorde quedo para mañana
porque la noche me arrebató el murmullo
Cuando me bebi sus manos
y me desarmó con sus huellas y melancolía
jueves, 19 de febrero de 2015
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