La noche

La noche me propuso complicidad
con cada queja un vino blanco
Cuando el viento arrastra
las hojas secas de un bolero

Sin etiqueta el desacato
con cada insinuación de bienvenida
Cuando el sin fin de pecados
canto hasta que entro la madrugada

Ni un acorde quedo para mañana
porque la noche me arrebató el murmullo
Cuando me bebi sus manos
y me desarmó con sus huellas y melancolía

Efecto secundario...

Esa sed no es nostalgia
ni una palabra que gaste
el saludo a media mano
Cuando se desea amanecer
es, entonces,
un efecto secundario
De una historia
que se convirtió en leyenda...

Esa pasión no es un instante
que su espacio reclama
convirtiendo un beso en lluvia
Cuando se le derrama
es, entonces,
un efecto secundario
De una bruma febril
en aquellos tiempos de abril...

Ese amor no guarda la verdad
bajo el sombrero
doblegando la razón
Cuando se siente y no se ve
es entonces,
un efecto secundario
De lo que queda escrito
en un delirio circunscrito...

equilibrio

Te conocí un día de otoño

presa en el tiempo

de unos labios secos

buscando dominar mi espacio

sin saber que faltaba llenar

el vacío al borde de mi mitad...

No sabía que llegarías

destrozando armaduras y paredes

y que en esa tarde, al cabo del misterio

tu beso se prendiera a mi raíz

mientras el viento me contaba su secreto...

Con ordinaria seguridad te presentaste

te sentaste a mi lado

y me liberaste afirmando

soy tu lado oscuro, mucho gusto

cara y cruz

mi parte guerrera y mi parte dócil se abrazaron...

Demasiado tiempo 

ahogándose doloridas

reinaron luchando una contra otra

se miraron cara a cara

y esa tarde firmaron la paz

que acabaría por cansarse...