Yo me oculto de lo conocido.
Nacieron ojos en mi espalda,
Y alguien olvidó que el fuego lo guardo yo.
He visto llegar a millones de nombres,
que visten de alquiler y beben de alquiler
besos, fe, sueños, corazones y uno que otro tequila.
¿Quién echará de menos la tierra
que se ha convertido en barro?
¿Quién envenenó la lluvia?
El aire artificial nos sigue intoxicando.
Tu guarda tu pared y el pincel,
Yo guardare mi fantasma del barco,
y ataré al cordel una flor muy blanca...
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